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Microseguros: primeros pasos en la Argentina

Son coberturas de riesgos acotados con sumas aseguradas bajas y primas muy baratas, para sectores de menores recursos. En la Argentina algunas aseguradoras ya han desarrollado productos, pero se les dificulta su comercialización. Foto: Hugo Anacabe, gerente de Seguros de Personas de Sancor Seguros.

Uno de los objetivos principales del Plan Nacional Estratégico del Seguro (PlaNeS) es hacer crecer al sector asegurador y llevarlo al 5% del PBI. Para lograr ese desarrollo se fijaron varias políticas, una de las cuales es la generación de nuevas coberturas. El análisis de los microseguros surgió en ese marco.

Los microseguros son pólizas con coberturas específicas para riesgos acotados que incluyen sumas aseguradas bajas y primas muy baratas. Se visualizan como una herramienta que permite expandir la protección aseguradora a los sectores de menores recursos. Y es justamente por el target al que apuntan que se constituyen en un tema sensible.

Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de la Fundación de Munich Re, el sistema de microseguros a nivel mundial alcanza en su cobertura a 500 millones de personas. El gran motor en este tipo de cobertura es Asia donde se concentra el 80% del mercado (China e India tienen la mayor participación), América Latina con el 15% y Africa con el 5%.

Nuestra Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) realizó una encuesta sobre microseguros a la que respondieron 101 aseguradoras. El objetivo del estudio era conocer el interés del mercado asegurador local en el desarrollo de estas coberturas y su nivel de compromiso para acompañar tal desarrollo. "Lo primero que hicimos -explica Mariela Ricciuti, gerenta Técnica y Normativa del organismo- fue salir a averiguar qué se hizo hasta acá en materia de microseguros en países de nuestra región, en mercados con marcos regulatorios específicos para estas coberturas, con Brasil y Perú. La encuesta nace para saber cuál es la opinión de nuestro sector asegurador respecto de esta política y si estarían dispuestos a acompañarla".

Los datos que la Súper consiguió de su análisis internacional son que el foco en esos países está puesto en los seguros de Salud y que una regulación específica no es garantía de mayor penetración. "La situación de la Argentina es distinta a la de otros países porque acá la salud es pública. En nuestro país, el microseguro podría desarrollarse sobre todo en Vida y Accidentes Personales -puntualiza Ricciuti-. Por otro lado, vimos que, incluso con normativa específica, no se logra un desarrollo significativo de estas pólizas. Perú y Brasil tienen regulación para microseguros pero las aseguradoras no presentan ante el organismo de control planes de coberturas para este segmento".

A pesar de estas conclusiones que nos llegan desde el exterior, el primer dato que revela el estudio local de la SSN es que el 85% de las aseguradoras argentinas cree que es necesario que exista un marco regulatorio específico para los microseguros. Y es que ese es, definitivamente, el primer paso para echarse a andar, aunque después haya que ver cómo andamos.

LA OFERTA.

 

Según la encuesta, las compañías señalan Vida (85%), Salud (68%) y Accidentes Personales (66%) como las coberturas con las que debería iniciarse un programa de microseguros.Estrategas habló con operadores que ya tienen algún camino recorrido para conocer sus experiencias.

Sancor Seguros tiene vigente tres coberturas de microseguros, un seguro de Vida llamado Amparo Familiar, un seguro de Vida de Saldo Deudor y un seguro de Salud. Hugo Anacabe, gerente de Seguros de Personas de la compañía, explica que la experiencia se desarrolló junto a Impulso Argentino, una organización con participación público-privada que funciona bajo la órbita del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación enfocada al desarrollo de las microfinanzas.

"Esta entidad otorga créditos a personas de escasos recursos económicos y financia microemprendimientos. Nosotros generamos una póliza de Saldo Deudor para que, en caso de fallecimiento, el préstamo quede saldado. Por otro lado, Impulso ofrece a las mismas personas elAmparo Familiar, la otra cobertura de Vida que diseñamos, que funciona como una ayuda para cubrir los gastos inmediatos al momento del siniestro como los de sepelio", explica Anacabe.

Se trata de operaciones con un alto sentido social por el segmento de la población al que están dirigidas. "Sancor Seguros incursiona en esta experiencia en el marco de su programa de responsabilidad social empresaria. No los consideramos seguros chiquitos sino seguros sociales. Por eso, si bien tomamos los recaudos técnicos mínimos e indispensables para establecer una prima que los haga sustentables, nunca los visualizamos como un negocio super-rentable. Apuntamos sólo a cubrir los gastos. El objetivo de estos seguros es contribuir con una política inclusiva. Para dar una idea, las coberturas de Saldo Deudor y Amparo Familiar juntas relacionadas a un microcrédito de diez mil pesos, cuestan entre ocho y diez pesos por mes", ilustra el gerente.

Para él, los microseguros de Salud que algunos descartan como posibilidad, son valiosos porque, aunque una persona se atienda gratuitamente en un hospital público, deberá afrontar una serie de gastos con los que tal vez no pueda lidiar, por ejemplo los medicamentos, la necesidad de que los acompañe un familiar y la imposibilidad de ir a trabajar. "En este sentido -dice-, una póliza que tenga como beneficio adicional el descuento en farmacias resulta verdaderamente valiosa".

Río Uruguay Seguros es otro de los operadores con experiencia en el segmento de los microseguros. Antonio Chivetti, gerente de Producción de la compañía, detalla que se trata de un seguro de Vida llamada Vecino Protegido enfocado a las cooperativas de obras y servicios públicos que hay en el interior de la provincia de Entre Ríos. "Cubrimos con un seguro de Vida a cada asociado titular del servicio eléctrico. En caso de siniestro, con la suma asegurada se cubre la factura del consumo eléctrico que tenga la familia del titular fallecido por los 12 meses siguientes al deceso", describe. Esta cobertura se complementa con otro adicional de Salud para transplante o intervenciones de alta complejidad, de modalidad indemnizatoria.

Según Chivetti, el cálculo para definir la prima en este microseguro es igual al del seguro tradicional. "Es un producto nuevo, pero es un seguro de Vida, y para los seguros de Vida ya tenemos calculado el índice de mortalidad. En Salud y en AP también tenemos cálculos hechos. Por otro lado, estamos hablando de sumas aseguradas muy bajas y, por tanto, las aseguradoras estamos en condiciones de afrontar el riesgo de hacer un insuficiente cálculo inicial de la prima que podríamos corregir inmediatamente sin mayor perjuicio".

Pero incluso con todo esto sobre la mesa, hasta el momento el microseguro no tuvo mucho éxito para la compañía. "El problema es la comercialización. El 90 por ciento de la facturación de Río Uruguay es a través de productores asesores de seguros. Pero para ellos, cobrar una cuota de 15 pesos por mes que les genera una comisión de menos de dos pesos, es antieconómico. Por eso es necesario establecer un canal de comercialización distinto a los tradicionales", explica Chivetti.

EL PROBLEMA ES EL CANAL.

 

En coincidencia con el ejecutivo entrerriano, el 71% de las entidades participantes de la encuesta de la SSN considera necesario el desarrollo de nuevos canales de comercialización para microseguros.

Teniendo en cuenta las características de este producto, queda en evidencia que para hacerlo sostenible es menester hacerlos masivos. Si se venden baratos pero se venden muchos, los números cierran. El canal de bancaseguros aplica a la lógica del "por mayor", pero estamos hablando de un grupo de asegurables extremadamente desbancarizado. "El microseguro tiene que ver con necesidades de cobertura de gente de bajos ingresos y, si esto es así, los bancos quedarían afuera del negocio. No creo que les interese participar", dijo en Expoestrategas 2015 Eduardo Sangermano, presidente de Aseguradoras del Interior de la República Argentina (ADIRA).

Okey, pero si de todas maneras la venta se define por el lado de los grandes volúmenes, ¿dónde quedan los productores asesores de seguros, que hoy son el principal canal comercial del mercado?

En septiembre de 2014, la Federación de Asociaciones de Productores Asesores de Seguros de la Argentina (FAPASA) mandó a la Superintendencia de Seguros de la Nación una carta en la que fijaba su postura frente a los microseguros. "Teniendo en cuenta la naturaleza de los infortunios a proteger y los montos sujetos a riesgo, entendemos que tales coberturas más que una operación de seguros deberían formar parte de una prestación de carácter solidario a asumir por la sociedad en su conjunto a través de la intervención del Estado, o bien de las entidades denominadas globalmente MCCO (Mutuales, Cooperativas y otras Organizaciones basadas en la Comunidad)", decía la misiva.

"En la gestión de los microseguros a través de los grupos aseguradores se advierte una tensión persistente entre la provisión de un producto adecuado y conveniente para los asegurados y la natural vocación por ganancias y economías de costos de las entidades. En consecuencia, entendemos que alentar este tipo de operaciones particulares de seguros no parece compatible con una política de inclusión social y de apoyo genuino a la promoción humana de los grupos menos favorecidos", completaba.

Hoy, Leopoldo Varela, asesor y responsable de Comunicación de FAPASA, sostiene que la postura de la entidad sigue siendo la misma. "En primer lugar, no creemos que el Estado pueda convalidar una economía en negro y, además, pasarle la responsabilidad de hacerse cargo de ella al sector privado para que haga un negocio. Por otro lado, la verdad es que se terminan ofreciendo productos que no responden a las necesidades reales o fundamentales de los asegurados. En tercer lugar, por una cuestión de sustentabilidad, la comercialización requiere de una gran boca de expendio para manejar volúmenes, resultando inviable la participación de los productores asesores de seguros, lo que deja sin asesoramiento justo al grupo de asegurables más sensibles", completa en diálogo con Estrategas. El vocero de FAPASA agrega, además, que desde el punto de vista comercial el microseguro no le sirve al productor asesor. "Al respecto de este punto quiero subrayar que si el microseguro fuera rentable para el productor, igual estaríamos en contra de su desarrollo por todo lo que ya dije antes".

Al respecto de la "economía en negro" de la que habla Varela, en el programa de TV Pool Económico, Ricciuti señaló que, "desde SSN, no habría discriminación en cuanto al tipo de población que se quiera abarcar". Identificó claramente que "el núcleo de gente al que está destinada la cobertura es aquel que está fuera del sistema, que por ejemplo no cuenta con un empleador que en caso de enfermedad le permita seguir contando con un salario". La aclaración sobra, pero por las dudas: los microseguros no están pensados para personas con trabajo formal, ART y obra social.

Chivetti coincide en que estas pólizas deben ser valiosas y eficientes, "en el sentido de que deben aportar valor y cubrir real y efectivamente necesidades", pero repudia la sugerida idea de que se esté queriendo hacer un negocio donde no es legítimo hacerlo. "Las aseguradoras -dice- tenemos que cumplir con nuestro fin social, no solamente con nuestro fin económico. El microseguro tiene que ser suficiente en materia de costos, pero no rentable. A nosotros como aseguradora, con salir cero a ceronos alcanza. Es un servicio a la comunidad, no un negocio. Y del mismo modo, es necesario que esté presente el Estado el en desarrollo de los microseguros. Es una forma de hacerse cargo de este gente que queda afuera del sistema formal".

El principal canal comercial de Sancor Seguros también es el de productores asesores. "Si el productor va a mirar los microseguros como alternativa de venta uno a uno, no le resultará viable -confirma Anacabe-. Estos productos se deben distribuir de forma masiva y a bajo costo. Pero seguramente hay productores que tienen en sus carteras de clientes organizaciones no gubernamentales, cooperativas o gente vinculada a instituciones que desarrollan acciones como las de Impulso Argentino a las que podrán ofrecerles los microseguros". Para él, es necesario el esfuerzo de aplicar mucha creatividad para encontrar la manera de hacerlos funcionar.

ALTERNATIVAS.

 

En un pin-pon de sugerencias en materia de canales e incentivos, los ejecutivos deSancor y Río Uruguay hacen sus aportes alternativamente. Chivetti propone a las ONG y a las cooperativas como canal alternativo de comercialización: "Hay muchísimas organizaciones no gubernamentales y cooperativas en todo el país. Creemos que el organismo de control podría permitirles comercializar microseguros (y sólo microseguros). Ellos están en contacto con los asegurables de este tipo de coberturas, ya tienen una dinámica de trato con ellos y además han dado sobradas muestras de que su interés es social y no económico. Es para pensarlo".

"Para alentar la participación de las aseguradoras en este proyecto -aporta Anacabe-, tal vez se podría generar alguna alternativa como por ejemplo un beneficio impositivo. Ese aporte del Estado contribuiría a la tarea de las aseguradoras de achicar al máximo los costos de los microseguros, que es la clave para desarrollarlos". Y Chivetti retoma con más alternativas: "El Estado podría subvencionar parte de la prima. También podría ofrecerles un beneficio fiscal a los productores que se comprometan con la comercialización de los microseguros, lo que compensaría las limitadas comisiones que generan". Como se ve, ideas no faltan.

La respuesta de Ricciuti, desde la Superintendencia, no se hace esperar: "Entendemos claramente que hay canales más apropiados que otros para el microseguro, pero no tenemos pensado eliminar ninguno. Los productores podrían trabajarlos si quisieran. Por otro lado, las ONG y las cooperativas podrían sumarse pero no como canal de comercialización sino como tomadores de pólizas colectivas. Los productores asesores podrán ofrecer un producto colectivo a estas organizaciones que distribuirían la cobertura entre sus asociados o miembros sin cobrar nada por eso". Así, el órgano de control visualiza a estas entidades como cualquier otro grupo de afinidad que puede decidir darles un servicio más a sus miembros.

Respecto de la posibilidad de un subsidio estatal, Ricciuti aclaró en Pool Económico TV que no formará parte de la normativa que defina la SSN, aunque dejó abierta la posibilidad de que se genere algún mecanismo a nivel provincial cuando todo esté en marcha.

En su encuesta, la Súper consultó a los aseguradores sobre los plazos en los que creen que deben ser reclamados los beneficios e indemnizados los siniestros en este segmento. Para la mayoría (54%), la respuesta fue 15 días. Otras preguntas apuntan a saber si las aseguradoras estarían dispuestas a flexibilizar esos tiempos. "Por tratarse de un sector sensible, la legislación debería tener en cuenta la necesidad de dar más tiempo para las denuncias y de apurar los pagos", dice al respecto Anacabe.

REGLAMENTACION. Nadie se arriesga a ponderar el mercado del microseguro en la Argentina porque eso implicaría definir cuántos pobres hay en nuestro país. Para ir a los extremos, diremos que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner habló en junio pasado de un 5% de pobres, lo que calculado contra los 40 millones de argentinos representa 2 millones de personas, mientras que Jorge Sola, coordinador del Observatorio de Datos Económicos y Sociales de la CGT, y Daniel Arroyo, ex viceministro de Desarrollo Social, hablan de un 30% y de sus correspondientes 12 millones de pobres. En cualquier punto intermedio puede estar nuestra ponderación. Mientras tanto, la Superintendencia trabaja. "Estamos trabajando -adelanta la funcionaria- en el armado de una normativa que dicte las pautas para los microseguros. La idea es hacerla de manera tal que las compañías efectivamente presenten planes. Desde la Súper ya empezamos a hablar con distintos sectores públicos con los cuales se podrían empezar a probar estos productos. Los Ministerios de Industria y de Agricultura son una posibilidad. También se puede trabajar con Desarrollo Social".

Los aseguradores consultados por Estrategas aguardan con ansias y buenas expectativas por las definiciones. "Tener un marco normativo -dice Chivetti- es el primer paso y lo esperamos con los brazos abiertos".

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